SKELETON
El skeleton,
deporte olímpico de invierno, afloró a finales del siglo XIX en
Suiza, cuando un soldado inglés llamado Child utilizó un
trineo de metal cuya forma era similar a la de un esqueleto humano;
es por eso por lo que actualmente se le conoce como tal. La pista más
longeva que existe de esta modalidad se encuentra en un Club Alpino
llamado Königsse, situado en el extremo sur de Alemania. Allí fue
donde comenzó a practicarse el deporte de manera oficial. Este
deporte fue expandiéndose paulatinamente: de Suiza a Austria hasta
convertirse oficialmente en deporte olímpico en el año 2002, aunque
ya lo había sido en dos ocasiones antes (1928 y 1948).
El
piloto hace uso de una protección que tiene especial cuidado con la
barbilla ya que esta se encuentra a escasos centímetros del suelo.
También están obligados a usar coderas y hombreras bajo sus trajes
en todo momento. Los pilotos, además emplean trajes sintéticos
que se ajustan al cuerpo, permitiendo una total movilidad y al mismo
tiempo ofreciendo una ínfima resistencia al aire. El skeleton es un deporte realmente complicado,
no sólo por las velocidades que adopta el trineo (pueden llegar a
sobrepasar los 130 km/h), sino también porque el piloto debe ser
veloz a la hora de decidir hacia qué lugar debe mover su trineo o
las acciones que debe realizar sin ningún margen de duda.
El
piloto va agarrado a unas manetas de las que no puede mover sus manos
y al igual que en el luge, el trineo carece de volante, por lo que es
el propio piloto quién inclina su fuerza a un lado u otro según la
dirección que deba tomar el trineo.
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